Cantagallo, vereda del municipio La Palma, en limites con el municipio Caparrapí se vió seriamente afectada por el fuerte invierno del primer semestre de 2011. Para llegar a este lugar desde el casco urbano del municipio se debe hacer un largo recorrido de aproximadamente 1 hora 20 minutos utilizando como medio de transporte motocicleta o carro particular, se desplaza asi: La Palma – La Cañada – Minipí de Quijano y se desvia via Cantagallo Las Vueltas.
Desde la carretera es fácil observar la magnitud del desastre provocado por la ola invernal, ya que muchas familias sufrieron el rigor de las fuertes lluvias, vientos, borrascas y tormentas que se presentaron casi a diario por todo el sector provocando agrietamiento en los terrenos de las pequeñas fincas de los humildes campesinos que por décadas las han habitado. Además la cantidad de agua que desciende a sus tierras se profundiza permaneciendo la humedad que llegado el momento provoca deslizamiento de la tierra en bloques, esto sucede en las carreteras, caminos y en cercanía de las viviendas.
Los pobladores de la vereda Cantagallo tienen como base de su economía el cultivo de caña de azúcar, materia prima para elaborar la panela y la miel; del producto de su venta derivan el sustento varias familias: quienes la siembran y quienes la procesan porque reciben un salario de acuerdo a los dias que laboran.
Las continuas lluvias provocaron el deslizamiento de la tierra en los cultivos, esa tierra se convirtió en lodo que tomó ladera abajo por entre las plantas de caña derribándolas y mezclándolas con el lodo que inició la destrucción desde la parte alta hasta el final de la siembra; los campesinos de esta vereda observaron atónitos e impotentes cómo el trabajo de tanto tiempo se perdió, cómo sus ilusiones se truncaron por culpa del invierno.
Pero además de la pérdida total de sus cultivos, los vientos provocados por las borrascas destruyeron parte de su vivienda, el techo de la cocina fue derribado, la madera y guadua que lo mantenían sujeto se convirtieron en escombros y el piso de ésta quedó lleno de agua y barro, parte del techo fue arrancado sin separar las tejas por la fuerza del viento. No hubo víctimas porque todo ocurrió en las horas de la noche mientras la familia descansaba.
Su vecino tambien tiene motivos para preocuparse por causa del invierno, la tierra se deslizó en cercanía de su vivienda donde alberga algunos cerdos, pero al igual que muchas familias del sector su finca cultivada de caña de azúcar ha quedado destruida por derrumbes y deslizamientos de la tierra.
Diez familias de la vereda Cantagallo hoy ven un futuro incierto por culpa de la ola invernal; adultos mayores, adultos, jóvenes y niños sufren las consecuencias de la fuerza de la naturaleza, son humildes campesinos que dia a dia comienzan su rutina pensando en un mañana y en mejorar su calidad de vida. Son cuantiosas las pérdidas económicas si se tiene en cuenta que era el trabajo de toda su vida y de toda su familia.